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El Estado los abandona: Comunidades de Mencía, La Altagracia y Aguas Negras luchan solas por energía

 

PEDERNALES: En un acto de total indiferencia gubernamental, las comunidades de Mencía, La Altagracia y Aguas Negras han sido dejadas a su suerte ante la construcción de una hidroeléctrica.

Pero lo más indignante no es solo la falta de apoyo estatal en este proceso, sino que ahora los propios comunitarios están haciendo de tripa corazón para reparar una hidroeléctrica y así garantizarse algo tan básico como la electricidad.

Mientras las autoridades presumen de avances en infraestructura y energía, estos pueblos sufren la ironía de vivir junto a una hidroeléctrica sin acceso garantizado a la luz.

La situación es absurda e injusta: en lugar de recibir el respaldo del Estado, los habitantes han tenido que organizarse con sus propios recursos para reparar la hidroeléctrica y poder encender una bombilla en sus hogares.

Este abandono no es casualidad, sino el reflejo de una política que históricamente ha marginado a las comunidades rurales.

Se habla de desarrollo, pero ¿para quién carajo? Si el progreso no mejora la calidad de vida de quienes han habitado y cuidado estas tierras por generaciones, entonces no es desarrollo, es despojo.

Es inaceptable que en pleno siglo XXI haya comunidades luchando por algo tan esencial como la electricidad y el agua potable que también les falta a estas comunidades, mientras el Estado mira hacia otro lado.

Estas comunidades no piden limosnas, exigen justicia. Y justicia significa que las autoridades asuman su responsabilidad, garanticen su derecho a la energía y el agua y dejen de tratarlos como ciudadanos de segunda.

“Basta ya de reuniones y promesas, los pueblos se cansan, los gobiernos pasan pero el hambre queda”.